Actions

Work Header

Leisure Fusion

Chapter 22: Capítulo Veintiuno

Notes:

¡Hey! Sé que estuve desaparecida por un tiempo, pero la realidad es que se me ha dificultado escribir acerca de cualquier cosa, ya sea por el tiempo o falta de inspiración. He tenido un pesado bloqueo creativo que me está fastidiando demasiado.

Una disculpa por el capítulo tan corto, y de antemano gracias por mantener el interés en la historia. <3

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

El domingo por la mañana, ellos desayunaban sentados en la sala viendo la televisión; en realidad despertaron un poco tarde, además que juguetearon un poco en la cama y tardaron un poco en cepillarse los dientes. Y se sentaron en el sillón más grande la sala mientras se terminaban la pizza que había sobrado de anoche. El sonido de la lluvia aún los acompaña esa mañana, el clima es ligeramente frío, cosa que era el pretexto perfecto para permanecer lo más juntitos posible.

Miran una película americana, una comedia romántica que es algo vergonzosa, por lo que les arranca risas cada cierto tiempo.

En algún momento Gulf dejó caer la cabeza sobre el hombro de Mew, mordía entre ratos la pizza recalentada y bebía del vaso con refresco que compartían. Pasaron rato así, disfrutando de la película y terminando con la pizza, cuando el celular de Mew empezó a sonar. Primero eran mensajes, uno tras otro, pero Suppasit no se dignó a ponerse de pie, el móvil estaba en la mesa del comedor. No quería perder la comodidad, además del calor que compartieron en ese instante.

Pasaron cinco minutos hasta que una llamada ingresó a su celular; por el tono que sonaba, se obligó a ponerse de pie, disculpándose con Gulf. Este no le tomó mucha importancia, sus ojos se florecen en el televisor.

Y justo cuando Mew se acercaba a la mesa, el celular de Gulf también comenzó un sonar. Lo tenía justo enfrente suyo, por lo que simplemente se estiró para tomarlo de la mesa de centro. Le lanzó una mirada extrañada a Suppasit, quien le mostró la pantalla de su celular.

—Es Kao —mencionó, respondiendo inmediatamente a la llamada—. Oye, ¿qué pasa?

Gulf volteó a su pantalla donde se iluminó el nombre de Plan. Respondió sin pensar mucho.

—Hola Plan, es raro que llames temprano.

Golfo, demonios. Que bien que responde, ¿ya viste las noticias? — preguntó con un tono de voz algo preocupado—. Están en todos los lados.

—¿Las noticias? No... no he visto nada.

—Kao, habla más despacio, no entiendo nada de lo que hablas.

El omega miró en dirección del alfa al escucharlo, sintiéndose cada vez más confundido.

—¡Prende el televisor en el Canal 7! Están en las noticias.

¿Están?

Una alarma se encendió en el cerebro de Gulf, buscó con la mirada el control del televisor; lo tomó del sillón y rápidamente puso al canal que su amigo le decía en la llamada. Una presión en su pecho comenzó a hacerse presente, siendo cada vez más y más fuerte, provocándole un ligero temblor. Poco a poco dejó caer la mano con la que sostenía el móvil, dejando de escuchar por completo al omega del otro lado de la línea.

Suppasit volteó hacía él, aun sosteniendo el móvil contra su oreja. Caminó hasta estar a su altura, sintiéndose ligeramente preocupado por la expresión que Kanawut mantenía.

—¿La televisión? ¿De qué…? —no fue capaz de terminar la oración, volteó para mirar hacia la pantalla. Lo primero que vio fue el rostro de una reportera, y junto a ella aparecían recuadros cambiantes donde se exponían fotografías, una tras otra de ellos dos. Mew y Gulf, jugueteando bajo la lluvia—. Mierda…

Gulf subió el volumen del televisor.

«… y aunque teníamos dos semanas sin nuevas noticias acerca del creciente rumor de la reciente relación de Suppasit Jongcheveevat con el misterioso omega, ayer nos hicieron llegar estás fotografías del soltero más codiciado de Bangkok, con la novedad de que, la palabra soltero no aplica más en su descripción.

Las cámaras atraparon al apuesto CEO de Suppasitoont en una escena bastante… romántica; compartiendo risas y besos bajo la lluvia en una de las colonias más sencillas, pero hermosas de Bangkok —la mujer mantenía una sonrisa, como si estuviera genuinamente enternecida con las fotografías—. Y si las fotografías no los convence, también tenemos un pequeño video del mágico momento que compartieron bajo la lluvia.»

Hubo un cambio de pantalla, se reprodujo un video que a duras penas duraba diez segundos, pero era tiempo suficiente para despejar cada una de las dudas que podían asomarse por las cabezas del público en general. Se veía con claridad a ellos dos, a mitad del jardín de Gulf, como el alfa rodea la cintura del omega, alzando su cuerpo y riendo, para después mirarse con una intensa adoración y terminar besándose bajo la lluvia.

El corazón de Gulf latía con increíble fuerza, una expresión de consternación comenzaba a crecer en su rostro. Y Mew se dio cuenta de ello.

«Sin duda alguna, una escena verdaderamente romántica —mencionó la mujer, sin dejar de sonreír—. Y eso no es todo, puesto que gracias a la misma fuente anónima conocemos el nombre de este misterioso omega: Kanawut Traipipattanapong. También conocido como Gulf, asistente personal de Suppasit J-…»

Arrebató el control de la mano de Gulf, colocándole mute para poder continuar hablando con Kao por teléfono.

—Contacta al abogado de la revista y un maldito investigador privado —gruñó, pasándose una mano por el rostro—. Quiero saber quién fue la persona que tomó esas fotografías y hacer una puta demanda.

Mientras Suppasit hablaba por teléfono, Kanawut se mantuvo quieto, mirando el televisor en silencio. Veía a la mujer hablar sin parar, algunas imágenes del propio Gulf eran puestas en pantalla, con su nombre adornando la parte de abajo.

Cientos de cosas pasan por su cabeza, las posibilidades de que todo empeorara a partir de ese momento. Las imágenes de su rostro, su nombre y su maldita casa salía en la televisión nacional; será más fácil llegar a él, a Bright, a Jai.

Jai, Jai, Jai.

Sintió su pecho cada vez más pesado, temblaba y le costaba llevar aire a sus pulmones. Su celular comenzó a vibrar, la llamada de Plan se había cortado unos minutos atrás y ahora llegaban mensajes a su celular. War, Plan, Bright, Grace. Mamá, papá. Una llamada con el nombre de Bright entró al teléfono, pero no tenía la mínima capacidad de responder.

A pesar de que las vibraciones le recorrían la mano, no era capaz de escuchar nada. Como si Mew no solo hubiera hecho callar la televisión, sino también al mundo entero. Solo es capaz de oír sus latidos, golpeando con fuerza su pecho y todo le daba vueltas.

Gulf…

Gulf.

—Gulf —el nombrado parpadeó varias veces, observando como todo dejaba de estar borroso—. ¿Estás bien?

Enfocó el rostro de Mew, notando la expresión preocupada que se instaló en este, bajó la mirada y se encontró con que Mew le extendía una mano con su teléfono. ¿Por qué lo tiene él? ¿Se le ha caído en algún momento? Se tomo unos segundos antes de tomarlo.

—Phi…

—Tranquilo Gulf, voy a arreglar esto, te lo prometo.

No es capaz de pronunciar nada, tampoco es como si se le ocurriera mucho. ¿Qué se supone que diría? No puede pensar en algo que sea claro o coherente, que ayude en la situación que está comenzando a desarrollarse. Solo piensa en su hijo, en su seguridad y privacidad; ha visto cómo se comportan los medios, la farándula es una plaga que siempre llega a todos los rincones, que intoxica a las personas que tienen en la mira.

Y él está en la mira.

Suppasit acaricia su mejilla, siendo suave y delicado.

—Llamaré a Bright.

—Bien, dile que venga. Tengo que irme, pero no quiero dejarte solo.

Kanawut asintió repetidas veces, desbloqueando su celular para llamar al número de su exesposo.

Probablemente necesitará un abogado también.

La llamada fue corta, pero llena de desesperación; claramente Bright se había enterado de todo, tendrías que ser un ermitaño para no enterarte del tema del momento. Era clara la preocupación, imposible no notarlo en el tono de voz y el ritmo de habla que Vachirawit empleaba, los nervios floreciendo. Ni siquiera tuvo que pedirle que viniera a casa, él ya iba en camino cuando entró la llamada.

Escuchó mil indicaciones, sugerencias y advertencias, la que más resaltó fue una: no salgas de casa. Cosa en la que Mew estuvo plenamente de acuerdo, por la alta posibilidad de que haya paparazis escondidos fuera, en espera de conseguir más fotografías.

Por esa misma razón fue por la que el propio Bright llegó solo a la casa, en taxi y con capucha, lentes y cubrebocas, no iba a facilitarle las cosas a los medios, si es que había gente afuera. Había dejado a Jai en casa de su madre, donde también dejó su auto.

Al llegar no notó nada raro en el vecindario, sin señales de personas que no encajaran en lo usual, quizás fue paranoico y apresurado pensar que habría fotógrafos fuera de la casa de Gulf. Pero más vale prevenir que lamentar.

Hubo una breve charla entre Mew y Bright, ambos están lo suficientemente preocupados por la seguridad de Gulf y Jai que olvidaron por completo que la última vez que se vieron se agarraron a golpes; eso importaba una mierda. Rápidos llegaron a la conclusión que debían tener listo un abogado para Gulf, que no fuera Bright, ya que si aquello se volvía más grande, él estaría directamente involucrado en todo eso. La opción más viable era Phiravich, Vachirawit se encargaría de hablar con él pronto.

Tenían muchas cosas que arreglar, más todo tomaría su tiempo.

El CEO se vio obligado a abandonar el lugar, debía resolver muchas cosas. Además que su familia comenzaba a llamarle a su celular, posiblemente en busca de respuestas por los escándalos de las redes sociales. Sin embargo, Mew prefería lidiar con su familia fuera del oído de Gulf, por precaución.

Se despidió de Gulf con un beso en la mejilla, abrazando brevemente su cuerpo.

—Te veré mañana en el trabajo. Por favor, no te arriesgues, la prensa puede ser agresiva.

—Está bien P’Mew —murmuró mientras correspondía al abrazo con todas sus fuerzas—. Cuídate, avisa cuando estés en casa, ¿sí?

—Claro.

Bright observó desde la distancia como se despedían, no acostumbrado a ver esa clase de intercambio de afecto de parte de Gulf hacia otros. Un sentimiento de incomodidad creció en su interior, no era algo muy grande o exagerado, algo leve y casi inexistente. Y el hecho de que la casa apestara a alfa era algo frustrante. Desvió la mirada para darles suficiente privacidad.

Compartieron una par de murmullos cuando se separaron, Gulf le dio un rápido pico en los labios y sonrió lo mejor que pudo. Debían intentar mantenerse lo más optimistas posible.

Después de que Suppasit se marchara, ellos tuvieron una larga conversación acerca de cómo iban a sobrellevar la situación que estaba comenzando. ¿Cómo van a solucionar todo eso? O quizás no solucionarlo, simplemente intentar lidiar con los problemas que nacerán a raíz de todo.

Para cuando pasaba de medio día, Gulf se veía de lo más agotado. Más mental que físicamente. Le han llegado llamada tras llamada, su madre se escuchaba molesta y su padre demasiado preocupado, varios amigos le llamaron y un Nong de su universidad le mandó mensaje para preguntar si se encontraba bien.

¿Por qué cuando las cosas comienzan a salir bien, todo debe venirse abajo?


Es consciente de que se acaba de meter en un serio problema, y no solo él, sino que también ha arrastrado a Gulf y su familia en todo ese jodido embrollo. No pensó las cosas con claridad, es evidente que se dejó llevar por la oportunidad que se le presentaba de volver a tener a alguien a su lado, que no midió las consecuencias que claramente se pusieron sobre la mesa el día del evento de caridad.

La voz de su padre suena una y otra vez en su cabeza. “Te lo dije” se repite con tanta insistencia que siente que va a estallar.

Recibió mensajes y llamadas, más llamadas que cualquier otra cosa. Respondió pocas.

Mild sonaba claramente preocupado, al igual de su madre, quien intentó tranquilizarlo con palabras de aliento que tratan de luchar con la voz de su padre. Oh, él no llamó, claro que no, pero debe estar más que furioso y quizás un poco satisfecho. Porque adora tener la razón en todo.

También habló con Win, él fue claro en sus palabras. Estaría ahí para apoyar a Mew en lo que necesitara, de eso no había duda alguna.

Y Suppasit apreciaba cada palabra de aliento, porque tener el apoyo de su familia y amigos es algo que no tuvo hace años. Sin embargo, no quiere seguir metiendo a más personas en ese asunto. Es problema suyo, no de nadie más; de hecho, lo primero que tiene en mente es buscar la forma de quitar a Gulf del ojo público, antes de que lleguen a Jai, incluso a Bright.

Llegó a su departamento sintiendo que la cabeza le iba a estallar. Aún no consigue contactarse con el abogado de la revista, así que siente los nervios de punta.

¿Debería conseguir seguridad privada para él y Gulf? Sobre todo para el omega, no quiere que la prensa se le venga encima cuando esté con su pequeño hijo.

Comenzaba a morderse las uñas.

Se tomó un momento para darse una ducha y ponerse ropa más cómoda, no saldría ese domingo a ningún lado, no sabiendo que tenía a la prensa tras de él. Podía intentar solucionar algunas cosas desde casa, y lo que no logre arreglar desde casa, lo solucionará en el transcurso de la semana de forma presencial.

El timbre de su celular sonó cuando se estaba sentando en la orilla de su cama, terminando de secar su cabello con una toalla.

Leer el nombre de Kao lo hizo sentir un poco de paz.

—Hola, ¿conseguiste hablar con el abogado?

—Sí, eh. En realidad, no te tengo muy buenas noticias.

Está comenzando a creer que no solo se trata de una racha de mala suerte.

Oír todo lo que Kao le explicaba solo provocó que el dolor de cabeza aumentara, la sangre de hierve y su alfa interior empieza a descontrolarse. Tras colgar la llamada, se apresuró en marcar a otro.

La llamada no fue atendida.

El maldito abogado no le respondía las llamadas. ¿Qué mierda se cree? Ese hijo de…

Bien, no debe alterarse. De hacerlo, su alfa tomará el control y es algo que quiere evitar. No desea destruir su departamento otra vez.

Debe conseguir otro abogado, y aunque no le parezca la idea, sabe que con el exesposo de Gulf puede conseguir a uno que en verdad lo ayude y sea de confianza. No cree que Vachirawit vaya a hacer algo en contra de él, porque influye directamente con Kanawut. Es capaz de considerar pedirle ayuda el propio Bright, a lo cual su lado racional le decía que es una buena idea, sin embargo su lado alfa…

Se dejó caer de espaldas sobre la cama, arrojando el teléfono a su costado; piensa seriamente en silenciar el aparato, apagarlo o destrozarlo. Pero no es una opción viable.

Y tampoco pedir ayuda de su padre es una buena opción. Ni siquiera puede creer que por un segundo le pasó por la cabeza. Se ríe de sí mismo; seguramente su padre también debe reírse de él en este momento, sentado detrás de su escritorio e la oficina que tiene en casa. Disfrutando de ver como las cosas vuelven a salirle mal.

Su celular comienza a sonar, una llamada está entrando. Voltea el rostro hacia el móvil, por la posición no alcanza a ver quién llama, solo como la pantalla se ilumina en espera que la llamada sea respondida. Tarda un momento en estirar el brazo, faltando pocos segundo para que la llamada se corte.

Cuando se da cuenta que el nombre de Gulf es el que ilumina la pantalla, se apresura a apretar el botón verde, pero no fue lo suficientemente rápido.

Maldice en voz baja, tomando asiento en la cama y llamando rápidamente al omega.

Por suerte no pasa más de dos segundos para que la llamada sea tomada.

—Hey, perdón por no responder, no vi a tiempo que eras tú —exclamó rápidamente.

Lo primero que escucha, es una risa algo agotada.

—Creo que deberías cambiar el tono del celular, para saber cuándo te llamo sin tener que ver la pantalla.

Aquel comentario se escuchaba como una broma, sin embargo en la cabeza de Mew no se escuchaba tan mal.

—Sí… no es una mala idea —murmuró—. ¿Pasa algo? No esperaba que me llamaras.

—No, no pasa nada. Solamente quería saber como te encuentras, después de todo lo que está pasando, debes estar abrumado.

Suppasit en verdad agradece la preocupación de Kanawut, es agradable saber que se preocupa por él, para que ocultarlo. Comienzan una charla, que aunque corre alrededor de un tema nada satisfactorio, se siente bien liberar algo de todo el estrés acumulado. La conversación dura unos 40 minutos, hasta que Gulf comienza a bostezar al teléfono.

—Creo que es hora de colgar —menciona Mew, abrazando una de sus almohadas contra su pecho. Ha tomado lugar en el centro de la cama, sintiéndose mucho mejor que antes, más calmado. Su alfa está bajo control.

—Uh, sí. Se hace tarde y mañana hay trabajo.

Mew frunce los labios al oír eso.

—Gulf, no es necesario que vayas a la oficina —comentó con voz calmada—. Las cosas se pondrán pesadas, la prensa estará siguiéndote y no tendrías por qué soportar eso.

Phi, no puedes confirmarme a mi casa. Ni tú, ni Bright. Eso no va a impedir que la prensa me acose, ¿sabes?

—Lo sé, pero estarás más seguro en casa…

Mi libertad de salir a trabajar no está en discusión, Mew. Además, no solo trabajo, también estudio y no puedo dejar de hacer mi vida por un par de fotógrafos y reporteros siguiéndome. ¿Okey? No quiero oír más de eso.

Suelta un suspiro al celular, asintiendo un par de veces como si el omega pudiese verlo.

—Bien.

—Te veré mañana Phi. Te quiero.

Eso le saca una sonrisa.

—También te quiero Golfo.

Y la llamada finalizó inmediatamente después de escuchar el sonido de un beso.

Notes:

¡Es todo! ¿Qué les pareció?
Me encantaría leer sus opiniones, teorías y más. Quiero leer sus comentarios. <3 Vendrá mucho drama y situaciones quizás algo estresantes para Mew y Gulf, pero también habrán momentos divertidos y lindos.

¡También un cameo especial! En los siguientes capítulos estaré dando pistas acerca de quién se tratará.

Un saludo y muchos besos.